[post_page_title]El resto fue historia[/post_page_title]
Luego de que Pam demostrara ser un amuleto de buena suerte, Jim le preguntó si quería convertirse en parte de su equipo de forma permanente. Antes de que Jungle Jim terminara de preguntarlo, Pam ya había aceptado su oferta.
Pam se sentía muy bien cuando estaba en la pista y ese era un sentimiento que no quería dejar atrás. El olor del motor de los autos y el rugido de los espectadores eran todo lo que necesitaba. Así fue como ganó el ápodo de Jungle Pam, abandonó la universidad y salió a las pistas junto a Jim.
The greatest NBA dynasties of all time
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